martes, 26 de agosto de 2008

TEORIA DE LA PANSPERMIA



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Durante milenios la teoría más aceptada para explicar el origen de la vida en la Tierra fue la de la generación espontánea, es decir, se admitía que podía aparecer de la nada. Louis Pasteur demostró en el Siglo XIX que no era así, pero todavía la comunidad científica no ha dado con los orígenes exactos del proceso.


Fundamentalmente hay dos corrientes de opinión. La primera apuesta por que surgió como consecuencia de las reacciones químicas engendradas en los primeros tiempos del planeta, mientras que otros postulan que los ladrillos de la vida se originaron fuera de la Tierra y llegaron aquí a través del espacio, esta última teoría se conoce como Panspermia.
Entre los precursores de esta teoría cabe destacar al premio Nóbel en química sueco Svante Arrhenius, nacido en 1859, quien planteó que la radiación luminosa de las estrellas capturaba gérmenes y los impulsaba haciéndolos viajar por el espacio. A modo de ejemplo, calculó que desde la estrella más cercana al Sol, Alfa Centauri, dichos microorganismos tardarían 9000 años en llegar a la Tierra. Es la llamada teoría de la radio panspermia, y quedó progresivamente abandonada cuando Paúl Becquerel demostró que estos supuestos gérmenes serían destruidos a causa de las radiaciones ultravioletas, las bajas temperaturas y el vacío casi absoluto.

A partir de los años 60 del Siglo XX cobró fuerza otro modelo, el de la lito panspermia, según el cual la vida podría viajar protegida en el interior de meteoritos, y haber llegado a nuestro planeta desde su lugar de origen. Sus principales defensores han sido los físicos Sir Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe. El hecho es que la supervivencia microbiana en el espacio quedó demostrada en 1969, cuando la nave Apollo XII trajo desde la Luna los restos de la sonda Surveyor III, enviada allí en 1967. Entre estos restos se encontraron colonias de microorganismos que habían sobrevivido al viaje de ida y vuelta a nuestro satélite, y para ello habían recurrido a piezas de goma como fuente energía.

Más allá ha ido Francis Crick, a quien debemos junto a James Watson el descubrimiento de la estructura del ADN. Crick, en un artículo de 1972 y posteriormente en su libro Life itself: its nature and origin, de 1981, sugiere que la vida pudo llegar a bordo de una nave espacial extraterrestre no tripulada. Sería la teoría de la panspermia dirigida, y es una mera especulación mientras no se halle vida inteligente en otros sistemas solares, no obstante, muchos científicos han propuesto el proceso inverso, es decir, enviar colonias de microorganismos a otros planetas para iniciar allí la vida.

En 1961 Joan Oró especuló con la posibilidad de que los cometas habrían aportado a la Tierra en gran número moléculas orgánicas. Ocho años después se realizaron meticulosos análisis de un meteorito caído en Australia, y se hallaron 74 aminoácidos distintos, 250 tipos de hidrocarburos y las cinco bases que forman el ADN y al ARN (adenina, guanina, citosina, timina y uracilo). Otros estudios han dado resultados equivalentes.

Modelos como el de Carl Sagan muestran que en los primeros tiempos de nuestro planeta la aportación de estos compuestos a bordo de meteoritos podría haber ascendido a unas 400000 toneladas anuales.

El meteorito australiano

Habrá que esperar hasta que se consiga demostrar si la vida surgió aquí o vino de fuera. Pero lo más fascinante de la teoría de la panspermia es que si la vida, o al menos sus componentes primordiales, viajan a través del espacio y se disemina por todas partes, es posible que exista en innumerables lugares y que sea similar a la nuestra allí donde se haya dado.

Esto supondría que una hipotética civilización alienígena se hallaría compuesta por individuos cuya estructura estaría basada en un ADN similar al nuestro, y que habrían surgido tras una evolución darwinista semejante a la de la Tierra.

TEORIA DE LA ACRECIÓN



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Observaciones del programa especial Apolo han fortalecido de la teoría de la acreción propuesto por el geofísico ruso Otto Schmidl en 1944. la teoría de la acreción explica que los planetas se crearon de manera al tamaño mediante la acumulación de polvo cósmico. La tierra después de estratificarse un núcleo, manto y corteza por el proceso de acreción, fue bombardeada en forma masiva por meteorito y restos de asteroides. Este proceso generó un inmenso calor interior que fundió el polvo cósmico que, reacuerdo con los geólogos, provoco la erupción de los volcanes.

Su manera de posibilidad de que al formarse la corteza tenía una elevada temperatura por lo que se encontraba fundida y era semilíquida. Pero al enfriarse permitió que el vapor de agua – que por vulcanismo procedía de su interior--. Se condensara y empezara a formar los océanos junto con el agua de las torrenciales lluvias. La emanación de los gases de su interior posiblemente originó una atmósfera secundaria compuesta por metano (CH4), amoniaco (NH), bióxido de carbono (CO2) monóxido de carbono (CO), ácido sulfhídrico (SH2), vapor de agua (H2O) e hidrógeno(H2)

TEORIA LAPLACE



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En 1776, el astrónomo y matemático francés Pierre Simón Laplace, propuso su teoría sobre el origen del Sol y los planetas, también basada sobre una gran nebulosa. Por esta razón, ha sido identificada como teoría de Kant y Laplace. Esta teoría explica que el sistema solar se origino por condensación de una nebulosa de rotación que se contrajo por la acción de la fuerza de su propia gravedad, adoptando la forma de un disco con una concentración superior en el núcleo. La nebulosa se torno inestable al adquirir mayor velocidad de rotación y en las capas externas se originaron anillos concéntricos que al separarse formaron los planetas y los satélites, en tanto que el centro de las nubes se formó el Sol. Dado que la nebulosa giraba en una misma dirección al rededor de su eje, todos los planetas quedaron girando alrededor del Sol en ese mismo sentido.

La teoría de Kant y Laplace del sistema solar se formaron hace 4 660 millones de años de una nube de gas, polvo y oras partículas llamadas nube primordial compuesta de hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno y oxigeno.

Se especula que el cataclismo de una vecina explosión en supernova de una estrella apartó una nube de gas y polvo para formar el Sol y los planetas. Los inicios de ellos se encuentran el diferencia se isótopos (átomos del mismo elemento con diferentes pesos atómicos) de los meteoritos con respecto a los que se encuentran en la Tierra. Esa nube gaseosa se aplanó y condenso como consecuencia de su rotación, formando en su parte central un protosol, es decir, un sol en formación. Esa parte central que formaba al protosol se condensó y calentó hasta propiciar una combustión nuclear. De esa manera se formo el sol en cuyo núcleo hay una transformación permanente de materia de energía. Conforme el sol pudio situarse en la parte central de la masa gaseosa, otras porciones ubicadas a diferentes distancias fueron agregándose para formar los planetas.

LAS LEYES DE KEPLER

LAS LEYES DE KEPLER


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La primera ley de Kepler que el sol ocupa una posición "privilegiada" y son los planetas, entre ellos la Tierra, los que giran en torno a él. Con esta ley, Kepler demostró la falsedad de la teoría egocéntrica que persistió durante muchos años.

El avance más significativo en la compresión de la gran maquinaria celeste está dado en las dos ultimas leyes, que se relaciona más entre sí y que, sin embargo, tienen el valor más teórico que mundano.

Ambas fortalecen la propuesta de kepler de un sistema solar con los planetas de órbitas elípticas. La segunda ley de kepler proporciona sentido simétrico al movimiento de los planetas, mientras la tercera ley ofrece una forma precisa para calcular posiciones planetarias al partir de periodos y viceversa.

La relevancia de las tres leyes de Kepler es innegable, pues el posicionamiento de satélites artificiales, el calculo de trayectoria de los cometas la trayectoria de sondas espaciales así como simples predicciones de eclipse son tan solo algunos ejemplos de los aplicaciones de este importante trabajo logrado en el siglo XVII.