Conducción específica, también conocida como conductividad, es la medición de la habilidad del agua para transportar corriente eléctrica. Depende en gran medida en la cantidad de materia sólida disuelta en el agua (como la sal). Agua pura, como el agua destilada, puede tener muy poca conductividad y en contraste, agua de mar tendrá una conductividad mayor. El agua de lluvia frecuentemente disuelve los gases y el polvo que se encuentran en el aire y por lo tanto, tiene una conductividad mayor que el agua destilada. La conductividad específica es una medida importante de la calidad del agua, ya que indica la cantidad de materia disuelta en la misma.
Frecuentemente en las escuelas los estudiantes llevan a cabo un experimento: Conectan una batería a un foco y dos alambres se conectan desde la batería hasta un recipiente de vidrio que contiene agua. Cuando los alambres se ponen dentro del recipiente conteniendo agua destilada, la luz del foco no se enciende. Pero cuando los alambres se ponen dentro del recipiente conteniendo agua salada (salina), el foco se enciende. En el agua salina, la sal disuelta libera electrones que permiten que el agua sea conductora de corriente eléctrica.
Frecuentemente en las escuelas los estudiantes llevan a cabo un experimento: Conectan una batería a un foco y dos alambres se conectan desde la batería hasta un recipiente de vidrio que contiene agua. Cuando los alambres se ponen dentro del recipiente conteniendo agua destilada, la luz del foco no se enciende. Pero cuando los alambres se ponen dentro del recipiente conteniendo agua salada (salina), el foco se enciende. En el agua salina, la sal disuelta libera electrones que permiten que el agua sea conductora de corriente eléctrica.
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